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To pave the way for a comparison between the shared simple past tense of “ir” and “ser”, let’s begin with the complex history of “ser”. Its origins combine Proto-Indo-European *h₁ésti (to be) and *bʰuH- (to become or to grow) via Latin “esse.” Its simple past forms, “fui, fuiste, fue,” link to the *bʰuH- root, which also appears in English "be" and German "bist." Other forms like “es,” “eres”, and “soy” via archaic Latin esum from esse link to *h₁ésti. This phenomenon of filling in gaps in verb conjugations or alternating roots, is called suppletion. Another instance occurred with the Latin verb sedere (to sit) > se(d)ere > Old Spanish seer> “ser” replacing the Latin infinitive “esse”.
Examining "ir," the Spanish verb "to go," reveals another case of suppletion. The Latin verb “ire” complemented its conjugations in early Romance or Old Spanish and Galician-Portuguese with other verb forms. In the present tense, speakers used forms of Latin vadere ("to go, advance, or rush"), leading to voy from vado, vas from vadis, and va from vadit. Related words in English include evade/evadir, invade/invadir, and pervade/impregnar. Without suppletion, ire might have evolved like "(sub)ir": (sub)o, (sub)es, (sub)e, (sub)imos, (sub)ís, (sub)en. In Galician and Old Spanish, the forms "imos" and "ides" existed for vamos and vais. Other Romance languages used forms of ambulare>andare (aller in French, andare in Italian) and vadere (vado in Italian, je vais in French).
For the simple past tense of "ir," "ser" provided the forms fui, fuiste, fue, fuimos, fueron. Without suppletion, ire might have resulted in forms like (sub)í, (sub)iste, (sub)ió, (sub)imos, (sub)ieron. The interchangeability of "I have been to" and "I have gone to" in many languages explains why "ser" forms replaced those of “ir.” Colloquial Spanish uses “andar” instead of “ser”: andas/estás borracho, andábamos/estábamos tristes, anduvieron/estuvieron averiguando si funcionaba. For the same reason, the subjunctive imperfect “fuera” is naturally present in “ir” and “estar”.
However, some original forms of ire persist in Spanish: the past participle "ido," the gerund "yendo" (older form "indo," still used in Portuguese and Galician), the imperfect indicative conjugations: iba, ibas, iba, íbamos, iban, and regionally, Honduran voseo "ite" (i+te) replaces "vete" as in “ite acostumbrando” or “ite adelantando.”
In conclusion, the changes and irregularities Latin experienced were passed down to Romance languages. Latin was never a “pure” language, as some people might think, and these irregularities created new regularities, continuing the cycle of language evolution. For instance, the one-word Latin future tense evolved into two-word conjugations with habere in Romance languages: ir + he> iré, ir + has > irás, ir + hemos > iremos, etc., merging into single words due to grammaticalization. Grammaticalization is when words or phrases shift over time to take on new, fixed grammatical roles. This process also occurred in French: j'irai, tu iras, il/elle ira, despite using “aller” instead of “ir” as its base infinitive. People might find suppletion and grammaticalization puzzling, but language evolves with or without regulatory bodies like the Real Academia Española or the Académie Française. These institutions merely record the changes already present in the language.
Bottom line: Language purity does not exist, and languages evolve in a never-ending loop of irregularities and regularities propelled by grammaticalization and other linguistic processes.
Consulted references
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¿Por qué decimos "fui" en el pretérito para los verbos ir y ser?
Para preparar el terreno hacia una comparación entre el pretérito indefinido compartido de “ir” y “ser”, comencemos con la compleja historia de “ser”. Sus orígenes combinan *h₁ésti (ser) y *bʰuH- (convertirse o crecer) del protoindoeuropeo a través del latín “esse.” Sus formas en el pretérito indefinido, “fui, fuiste, fue,” se vinculan a la raíz *bʰuH-, que también aparece en inglés "be" y en alemán "bist". Otras formas como “es,” “eres” y “soy” vienen del latín arcaico esum de esse y se relacionan con *h₁ésti. Este fenómeno de llenar huecos en las conjugaciones verbales o alternar raíces se llama supleción. Otro caso ocurrió con el verbo latino sedere (sentarse) > se(d)ere > español antiguo seer > “ser,” reemplazando el infinitivo latino “esse”.
Al examinar "ir," se revela otro caso de supleción. El verbo latino “ire” complementó sus conjugaciones en el romance temprano o en el español antiguo con otras formas verbales. En el presente, los hablantes usaron formas del latín vadere ("ir, avanzar, o precipitarse"), dando lugar a voy de vado, vas de vadis, y va de vadit. Palabras relacionadas en inglés incluyen evade/evadir, invade/invadir, y pervade/impregnar. Sin supleción, ire podría haber evolucionado como "(sub)ir": (sub)o, (sub)es, (sub)e, (sub)ís, (sub)imos, (sub)en. En gallego y español castellano antiguo existían las formas "míos" y "ides" para "vamos" y "vais". Otros idiomas romances usaron formas de ambulare > andare (aller en francés, andare en italiano) y vadere (vado en italiano, je vais en francés).
Para el pretérito indefinido de "ir," "ser" suplió las formas fui, fuiste, fue, fuimos, fueron. Sin supleción, ire podría haber resultado en formas como (sub)í, (sub)iste, (sub)ió, (sub)imos, (sub)ieron. En gallego, imos reemplaza a fomos del portugués para la primera persona del plural. La intercambiabilidad de "he estado en" y "he ido a" en muchos idiomas explica por qué las formas de "ser" reemplazaron a las de “ir.” El español coloquial usa “andar” en lugar de “ser”: andas/estás borracho, andábamos/estábamos tristes, anduvieron/estuvieron averiguando si funcionaba. Por la misma razón, el imperfecto subjuntivo “fuera” está naturalmente presente en las conjugaciones de “ir” y “estar”.
Sin embargo, algunas formas originales de ire persisten en español: el participio pasado "ido," el gerundio "yendo" (forma antigua "indo," todavía usada en portugués y gallego), las conjugaciones del imperfecto indicativo: iba, ibas, iba, íbamos, iban, y regionalmente, en voseo hondureño "ite" (i+te), que reemplaza a "vete" como en “ite acostumbrando” o “ite adelantando.”
En resumen, los cambios e irregularidades que experimentó el latín se transmitieron a las lenguas romances. El latín nunca fue una lengua “pura”, como algunos podrían pensar, y estas irregularidades crearon nuevas regularidades, continuando el ciclo de evolución de las lenguas. Por ejemplo, el tiempo futuro simple en latín evolucionó hacia conjugaciones que tuvieron origen en dos palabras con habere en las lenguas romances: ir + he > iré, ir + has > irás, ir + hemos > iremos, etc., fusionándose en palabras simples debido a la gramaticalización. La gramaticalización es cuando las palabras o frases cambian con el tiempo para asumir nuevos roles gramaticales fijos. Este proceso también ocurrió en francés: j'irai, tu iras, il/elle ira, a pesar de usar “aller” en lugar de “ir” como infinitivo base. Hay personas que podrían ver a la supleción y gramaticalización como algo desconcertante, pero el lenguaje evoluciona con o sin cuerpos regulatorios como la Real Academia Española o la Académie Française. Estas instituciones simplemente registran los cambios ya presentes en el idioma.
Conclusión: La pureza lingüística no existe, y los idiomas evolucionan en un ciclo interminable de irregularidades y regularidades impulsado por la gramaticalización y otros procesos lingüísticos.
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