Una mujer bien chingona

Esta foto fue tomada en Tampico entre 1991 y 1993 aproximadamente. Cuatro hijos y una hija que nació en EE. UU. (ella se "photoshopeó" sola en la foto años después). Mi papá ya estaba en EE. UU. estabilizándose después de haber intentado todo por salir adelante en México. Ciertamente no es una experiencia única, pues se estima que unos 3-4 millones de mexicanos salieron del país después de la "maravillosa" actuación del PRI hasta entonces con la aguda devaluación del peso y la falta de empleo, productos del "error de diciembre" provocado por malas decisiones de Gortari y pésima comunicación entre Gortari y Zedillo en el cambio de poder, lo cual me lleva a preguntar en tiempos de campaña, ¿no se supone que uno solo tiene que trabajar y así "salir adelante" en vez de "quejarse"? ¿A qué hora el cambio que está en uno mismo bajará la gasolina, el dólar, y aumentará el salario mínimo? En fin, ese es otro tema.

Hoy me hago otra pregunta desde la introspección, ¿qué estaría pasando por la mente de esa mujer, mi madre, que estuvo poco más
de 3 años en Tampico como única jefa de familia de 4 varones, con la dificultad de hacer rendir cada peso que enviaba mi papá a la familia con tanto esfuerzo, de por sí ya devaluado? Lo que yo veía era una mujer hábil e inteligente que aprendió a hacer ropa y a cortar cabello para poder ahorrarse 4 bermudas y 4 cortes de cabello por mes. Recuerdo cuando se encontró un instructivo de corte y confección por casualidad desechado a la orilla de la banqueta con el cual se enseñó sola a crear bermudas y vestidos. Me pregunto ahora si por eso me inclino más por la no ficción. Aunque confieso que las bermudas no eran mis favoritas en su momento, hoy que reflexiono estoy inmensamente agradecido por el esfuerzo, la dedicación, el tiempo y el amor que invirtió mi mamá en ellas.


También vendió Avon para darnos lo que nos faltaba en la escuela y en la casa, mientras mi papá hacía un esfuerzo en EE. UU. por adaptarse y estabilizarse. Sin embargo, si en algo coincidían ambos era justo en lo importante que les pareció siempre la formación, supongo que por la falta de la misma en sus vidas. Mi papá es un hombre igual de trabajador que mi mamá y tuvo la gran suerte de tener a una mujer como mi mamá acompañándolo en la vida. Mientras mi mamá vendía sus productos de Avón, recuerdo que mi hermano mayor se quedaba en casa encargado de nosotros poniendo huevos en un sartén con aceite frío para posteriormente ponerlo en la estufa y encenderla para que se cocinaran, mientras yo secretamente pensaba que no era tan peligroso echarlos ya con el aceite hirviendo. Mi mamá a veces compraba una coca cola mediana y la rebajaba con agua para poder hacerla rendir; algo muy saludable jajaja aunque no lo pensáramos así en ese entonces. También recuerdo el jabón nórdico que había que comprar para uso diario, nunca sospechando el por qué necesariamente. Por cierto, ¡qué buen jabón! Te dejaba rechinando de limpio.

Aquellos debieron ser tiempos incluso más difíciles para mi mamá. Hoy día, después de haber tomado la decisión de mudarse a Tampico cuando se casó y después de haber vivido toda una vida en EE. UU. como migrante con la familia completa, ya está de vuelta en México, y aunque tal vez no fue por decisión propia (siempre extrañaremos a mis abuelos) y está separada de gran parte de la familia, quiero reconocer en esta publicación que, si bien me ha dado buenos consejos, lo que para ella tal vez no sea tan evidente es que me ha dado muchos más ejemplos de vida en perseverancia, ingenio e inteligencia emocional y desarrollo personal frente a problemas que sabré y estoy sabiendo enfrentar hoy en mi vida personal y en mi trabajo... gracias a ella.

Amá (como se dice en el rancho), te quiero mucho. Recuerda que aunque estamos todos en todas partes, te pensamos más de lo que te imaginas, por todo lo que dije y más. Te mandamos un abrazote y así como el año pasado paseamos en San Luis, ¡vamos a ver dónde pasearemos este año!

¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES!

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