Explorando la cultura brasileña: desde la 'vitamina de abacate' hasta la 'saidera'
En Brasil, el signo del pulgar hacia arriba se usa por lo menos 3 veces al día… cuando le dices al mesero que todo está bien, cuando le dices al de la tienda que entendiste las instrucciones de cómo llegar a x lugar, cuando le dices a un lugareño que su recomendación estuvo acertada, etc.
Para llamar la atención no funciona ninguna frase parecida a “excuse me” o simplemente verte como que tienes una duda. La cultura brasileña es una cultura de “alto contacto”, lo que quiere decir esto es que es habitual usar animadamente una palabrita mágica: “ó!”. Por ejemplo: Ó, moça! (¡Oye, chava!) Aí ó, cê sabe se…? (Oye, sabes si...) Nótese que es una ó abierta, no cerrada (ô), y se trata de una reducción de "olha" del verbo "olhar" (mirar).
Si vas a tomarte unas “brejas” (chelas) seguido a un boteco (mezcla entre barecito y fondita con sillas de madera plegables), la mesera que te atiende se hará tu amiga y se desarrollará una relación comercial-amistosa muy interesante donde de alguna forma te hará sentir mal si faltas un día. ¿Qué conveniente, no? En el cual caso, si tratas de decir que ya quieres la cuenta, te preguntarán si quieres “a saideira”. “A saideira” es el equivalente de decir “(ahora sí) la última” y viene del verbo “sair” (salir). Si, como yo, eres débil de voluntad ante el calor brasileiro de la vacación, realmente estarás pagando la cuenta después de un par de "saideras".
El fultbol es algo serio. El domingo ven el juego y en los bares y restaurantes gritan a pulmón abierto por el equipo al que le vayan. Surprise surprise!
Las “lanchonetes” (loncherías) son muy populares y se puede comprar el delicioso pão de queijo fresco con un “suco de {inserte aquí su fruta favorita}” (jugo de cualquier fruta disponible - recomiendo açaí!). Dichos jugos están disponibles a toda hora, incluso durante la comida, la cual puede consumirse en lugares donde se vende comida por kilo: ¡pagas lo que comes! A todos los panes de sal rellenos de alguna delicia vendidos en las lanchonetes se les conoce, en conjunto, como “salgados”. En esta ocasión, me quedé con ganas de una "vitamina de abacate", que es un licuado de aguacate, o palta, como le digan en sus países. Óiganme bien, en Brasil y otros países del cono sur, el aguacate se come con azúcar y leche - como la fruta que realmente es!
Los mexicanos somos muy queridos por los brasileños, en general, e inevitablemente surgirá alguna conversación sobre las novelas mexicanas, el Chavo del Ocho, RBD, el futbol, el Día de Muertos, o cualquier mezcla de los puntos antes mencionados. En un barecito en "Be Hagá" (como se le conoce a Belo Horizonte) frente a la laguna de Pampulha, ¡hasta me descontaron una cerveza de la cuenta solo por ser mexicano y darle al dueño razón sobre la actriz Victoria Rufo! Obviamente lo único que yo sabía de Victoria Rufo, y que le dije a mi interlocutor, es que estaba llorando en alguna novela. Jejeje Irmãos brasileiros, no México vocês também são muito bem-vindos!
Para la Parte II de lo que aprendí en Brasil, haz clic aquí.
September 23, 2015
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