Descubre cómo le dieron una manita de gato al castellano medieval
Versión corta, ver imágenes. Explicación detallada y espero que algo entretenida, favor de leer el siguiente libro, digo, texto:
En ese proceso, Alfonso X, quien hablaba varios idiomas, entre ellos el latín, y quien daba seguimiento muy de cerca a las traducciones que se realizaban en la corte, hizo modificaciones al idioma de Castilla, entre ellas la reinserción de algunas consonantes que ya se habían perdido en la evolución natural del español, principalmente la -c-, -p-, y -m- en palabras como “a(c)ce(p)tar”, “perfe(c)to”, “alu(m)no”, “do(c)tor”, “de(b)da”, “san(c)to”, “pro(mp)to”, “letradura”/literatura, entre otras, para que parecieran más latinas. En otras palabras, quería utilizar la etimología para reconstruir palabras en español y darle ese “realce” necesario (según él) para que se le pudiera considerar al castellano como un idioma a “la altura” del latín. Sí bien estos cambios no se arraigaron inmediatamente, por lo menos comenzó a haber una vacilación entre formas patrimoniales y cultismos, lo cual continuaría hasta el siglo XVIII.
De la lista de dobletes, primero quiero destacar llegar/plegar. Plegar quiere decir doblar, entonces ¿cómo es que su significado cambió a “llegar”, sinónimo de arribar? Pues cuando el capitán llegaba a tierra firme, pedía que “plegaran” las velas para detener el movimiento del barco, o sea, cuando se llega al destino, se pliega(n)/llega (velas). De ahí que llegar se convirtiera en sinónimo de arribar. El segundo par que quiero destacar es cadera/cátedra. De acuerdo al diccionario de la RAE, cátedra se define como el lugar que ocupa el obispo en su catedral, desde el que preside las celebraciones litúrgicas. Por extensión, es también un aula que alguien con conocimientos amplios da. Esencialmente, esta palabra viene del latín, que la toma del griego, donde quiere decir asiento, significado que conserva el portugués con la versión patrimonial de la palabra: cadeira. Sin embargo, en español el significado de su equivalente fue más allá (en algún momento sí quería decir asiento también) para designar “cada una de las dos partes salientes formadas a los lados del cuerpo por los huesos superiores de la pelvis”, nos dice el DRAE. ¿Qué sucedió aquí? ¿Por qué ese cambio? Pues a veces las palabras toman un significado que se basa en una relación de contigüidad – a este fenómeno lingüístico se le conoce como metonimia. Si siempre nos sentamos en una “cadera”, pues esa cadera se vuelve la parte del cuerpo con la que nos sentamos. Otro ejemplo de metonimia que todos conocemos es la palabra en inglés tongue, o en español lengua, que designa la parte del cuerpo dentro de la boca que se utiliza para modificar sonidos en nuestro aparato fonador y por metonimia también designa a un idioma.
Finalmente, de la tercera lista quiero hacer notar que algunos cultismos o semicultismos simplemente no pegaron. Nadie jamás en la vida diría, hoy día, que sería recomendable imitar al latín escribiendo palabras como distincto, crescer o acceptar, los cuales son errores comunes de quien aprende español partiendo de idiomas como el inglés y el francés, que mantienen estas grafías originales del latín, pero "los equivocados son ellos", ¡no nosotros! Con todo este choro lingüístico solo quise ilustrar con algunos ejemplos concretos en estas tablas por qué aferrarse a cierta forma de escribir una palabra utilizando la etimología como argumento no es algo que tenga mucho peso.
A veces, los caprichos léxicos de los idiomas son solo eso, caprichos.
Si llegaron hasta aquí y/o aprendieron algo nuevo, no les pido que me depositen a mi cuenta jaja, solo pónganme un like, compartan o dejen un comentario. ¡Gracias!
***Fin del choro lingüístico.***
May 26, 2021
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