El lenguaje como espejo social

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El lenguaje no solo comunica; también refleja nuestras ideas, valores y tiene el potencial de promover la justicia. También refuerza sutilmente los modelos de referencia históricamente favorables a los hombres. ¿Cómo lo usas en tu día a día para fomentar la inclusión?

En este blog, exploramos cómo el lenguaje, moldeado por nuestras elecciones y el contexto social, puede y debe adaptarse a una sociedad en constante cambio. Un meme con el logo de la RAE sugiere usar 'niños' para referirnos a ambos sexos, sin importar el contexto. Este tipo de enfoque simplista limita el lenguaje y termina invisibilizando a grupos históricamente marginados.

Las variaciones en el habla son parte natural del lenguaje. Adaptamos nuestras palabras según la audiencia, el contexto y los ideales que queremos expresar. Aunque hay reglas y manuales, el lenguaje crea nuevos caminos a medida que se encuentra con diferentes campos de conocimiento. 

El lenguaje ha sido clave para incluir a grupos excluidos. Las lenguas no son estáticas; interactúan con las narrativas sociales desde la infancia. Estudios muestran cómo el lenguaje moldea las percepciones de género y las aspiraciones profesionales desde la infancia. Los niños y niñas internalizan roles a través del lenguaje, lo que afecta su desarrollo académico y profesional. Por ejemplo, las niñas suelen verse menos competentes en campos relacionados con la ciencia, lo que contribuye a su subrepresentación en esas áreas (Kollmayer et al., 2018). Cada vez que una niña escucha referencias a "los grandes hombres de la ciencia", sus sueños de convertirse en astronauta o ingeniera se diluyen un poco más. Estos mensajes implícitos perpetúan estereotipos de género en la percepción de profesiones. 

Además, el análisis de anuncios laborales muestra que el uso de términos masculinos o femeninos influye en la percepción de profesiones y el interés que generan según el género asociado.

Pensar que solo los cambios "orgánicos" son válidos es limitado. Tanto los cambios orgánicos como los institucionales enriquecen el lenguaje y reflejan dinámicas sociales. Ejemplos como la retención de x en "México", así como la introducción del pronombre vos y el término presidenta muestran decisiones institucionales que, aunque polémicas, forman parte de la evolución del idioma y su contexto social. Dicho de otro modo, no se trata de esperar que el lenguaje cambie solo; se trata de reconocer que cada uno de nosotros tiene el poder de cambiarlo día a día. Con cada palabra, decidimos si continuamos perpetuando estereotipos o construimos un mundo más inclusivo.

Cuando insistas en que alguien use un término 'correcto', pregúntate si es por gramática o si realmente es por un desacuerdo con la postura de otra persona. Escribir "México" con x, por ejemplo, refleja y apoya una narrativa histórica y es un acto de empatía. Usar "ciudadanos, ciudadanas y ciudadanes" visibiliza a los marginados. Promueve la diversidad. Eso es poder. No estar de acuerdo es válido, pero no uses la gramática como excusa para oponerte a esos cambios. Los cambios lingüísticos no contaminan el idioma; lo enriquecen y reflejan su evolución.

El lenguaje cambia, y cada persona puede adaptarlo a su contexto. Usemos nuestras voces para promover empatía, equidad y desarrollo, permitiendo que niñas y niños sueñen sin temor a ser juzgados/as. Esto no implica aceptar el "todo se vale", como sugieren algunos. La RAE puede proponer normas para contextos formales, pero el verdadero poder del lenguaje reside en quienes lo hablamos. El lenguaje está en tus manos. ¿Tú qué harás hoy para crear un mundo más equitativo con tus palabras?

Obras consultadas

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Language as a Social Mirror

Language not only communicates; it also reflects our ideas, values, and has the potential to promote justice. It subtly reinforces models that have historically favored men. How do you use it in your daily life to promote inclusion?

In this blog, we explore how language, shaped by our choices and social context, can and must adapt to a constantly changing society. A meme with the RAE logo suggests using "niños" (boys/boys & girls) to refer to both sexes, regardless of the context. This kind of simplistic approach limits language and ultimately renders historically marginalized groups invisible.

Variations in speech are a natural part of language. We adapt our words based on the audience, the context, and the ideals we want to express. Although there are rules and manuals, language forges new paths as it encounters different fields of knowledge.

Language has been key to including excluded groups. Languages are not static; they interact with social narratives from childhood. Studies show how language shapes perceptions of gender and professional aspirations from an early age. Children internalize roles through language, affecting their academic and professional development. For example, girls often see themselves as less competent in science-related fields, contributing to their underrepresentation in those areas (Kollmayer et al., 2018). Each time a girl hears references to "the great men of science," her dreams of becoming an astronaut or engineer fade a little more. These implicit messages perpetuate gender stereotypes in how professions are perceived.

Additionally, the analysis of job advertisements shows that the use of masculine or feminine terms influences the perception of professions and the interest they generate based on associated gender. 

The belief that only "organic" linguistic changes are valid is limited. Both organic and institutional changes enrich language and reflect social dynamics. Examples such as the retention of the "x" in "México," as well as the introduction of the pronoun "vos" and the term "presidenta," are institutional decisions that, although controversial, are part of the evolution of language and its social context. In other words, it is not about waiting for language to change on its own; it is about recognizing that each of us has the power to change it day by day. With every word, we decide whether to continue perpetuating stereotypes or build a more inclusive world.

When you insist that someone use a "correct" term, ask yourself if it's really about grammar or if it's a disagreement with the other person's stance. Writing "México" with an "x," for example, reflects and supports a historical narrative and is an act of empathy. Using "ciudadanos, ciudadanas y ciudadanes" (citizens) makes marginalized groups visible. It promotes diversity. That is power. Not agreeing is valid, but don't use grammar as an excuse to oppose those changes. Linguistic changes do not contaminate the language; they enrich it and reflect its evolution.

Language changes, and each person can adapt it to their context. Let's use our voices to promote empathy, equity, and development, allowing boys and girls to dream without fear of being judged. This does not mean accepting an "anything goes" mentality, as some suggest. The RAE can propose norms for formal contexts, but the true power of language lies with the people who speak it. Language is in your hands. What will you do today to create a more equitable world with your words?


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