¡Alto al prescriptivismo lingüístico! El idioma es de todos

El choro lingüístico de hoy trata sobre el prescriptivismo ciego: esa insistencia en que algo debe decirse de cierta forma porque “es lo correcto”. Esta idea suele basarse en lo que nos enseñaron en la escuela o lo que algunos creen “inmutable,” ignorando que los idiomas cambian, adoptan préstamos y evolucionan continuamente.

Ningún idioma es puro. Repito: NINGUNO. Las lenguas están en movimiento, influenciadas por el prestigio, la convivencia cultural y la necesidad. Pretender que permanezcan estáticas es desconocer su naturaleza viva.

Por ejemplo, ¿tránsito o tráfico? Ambos son válidos. En muchas variedades del español, México incluido, "tráfico" se usa como sinónimo de "tránsito". Sin embargo, no diríamos “agente de tráfico” en lugar de “agente de tránsito”. Así funcionan los idiomas vivos: contextuales, flexibles, y un tanto random.

A los que defienden “lo correcto” porque “los idiomas tienen normas y no cualquiera puede jugar a ser lingüista,” (he escuchado esa justificación) les tengo noticias: a las lenguas les importa un carajo nuestra opinión. Las palabras cambian sin pedir permiso.

En latín, “árbol” era arbor y “afeitar” y “afectar” vienen de affectare. No todo mundo lo hubiera pensado. ¿Por qué no decimos “doitor” en vez de “doctor” siguiendo el modelo de “afeitar”? ¿Sabían que “cocodrilo” viene de crocodilus y que “peligro” debería ser “periglo” si siguiéramos su etimología inalterada?

El punto es que el cambio lingüístico es natural, necesario y ni siquiera la RAE puede detenerlo. Sí, la misma RAE acepta que "tráfico" tiene el significado que algunos critican.

January 15, 2016

Comentarios

Entradas populares